Un título con ciertos toques de terror, puzles y plataformas aparecen en Little Nightmares, un videojuego donde salir de una prisión situada en un barco en mitad del mar es el objetivo principal del jugador. Convertido en Six, un diminuto personaje que viste un chubasquero amarillo, el jugador irá recorriendo numerosos escenarios, con toques tétricos muy propios de las películas de Tim Burton, donde diferentes peligros le acechan y solamente haciendo uso de su ingenio podrá salir airoso de los mismos.
Una gran inmersión en una aventura sorprendente
En esta entrega uno de los puntos clave que lo convierten en un videojuego muy especial es la inmersión que se consigue. Las físicas y las perspectivas que se muestran trasladan la sensación de pequeñez de la pantalla al jugador que controla a Six.
En cada uno de los escenarios que el protagonista debe recorrer encuentra una gran cantidad de objetos con los que puede interactuar y aunque no todos son necesarios para resolver los puzles que le permitirán avanzar en la aventura, saber que se pueden usar genera una mayor sensación de inmersión.
El movimiento de las olas del mar también añade un extra de realidad al juego. Todos los escenarios se ven afectados por este involuntario movimiento, lo que añade un extra de dificultad al desarrollo.
Además, aunque a primera vista parece que se trata de un juego 2D, Six puede moverse por todo el plano tridimensional, por todas las estancias desde su parte frontal a su parte trasera, lo que hace posible crear un ambiente de realismo espectacular.
La música pone el toque fúnebre a la historia. Introducida de forma magistral acompaña a los sustos que el jugador podrá ir experimentado a medida que trata de salir de situaciones peligrosas y algo comprometidas.
Un juego diferente, entretenido, sorprendente y cargado de emociones, personajes tétricos y espeluznantes que tratan de acabar con Six a cada paso, donde el ingenio se convierte en la principal arma para conseguir sortear los peligros que acechan a cada paso.
